Tiene el lector en sus manos una obra que intenta esclarecer, a partir de los documentos del Archivo Secreto Vaticano, la actividad de la Santa Sede durante la Segunda República y la Guerra Civil española. Dichos documentos demuestran que, durante un lustro, los partidos políticos más extremistas de derechas e izquierdas, contrarios a la legalidad constitucional, fueron creando un clima prebélico que llevó, inevitablemente, a la confrontación armada. Estamos, pues, ante la página más sombría de la historia contemporánea de España, pero así fueron los hechos y así hay que recordarlos, documentándolos con textos de la época, prescindiendo de interpretaciones tendenciosas y manipulaciones ideológicas.

Este libro es una invitación a ratificar nuestra vocación y elección (2 Pe 1,10-11). Ser cristiano es una manera de plantearse la vida con coherencia a la luz de Jesucristo, siendo testigos del Infinito y superando con radicalidad lo que nos impida vivir evangélicamente. El apóstol Pablo nos anima a ser personas de esperanza, capaces de vivirla y de comunicarla como fuente de salvación (Rom 8,18-30). De todos es bien conocida la afirmación conciliar de que «el porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar» (GS 31).

El libro recoge las últimas homilías de san Óscar A. Romero justo antes de su martirio. Su voz, quebrada por la violencia asesina, resuena todavía hoy unida, por su martirio, a la del Señor Jesús: «Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia y lo demás se os dará por añadidura» (Mt 6,33). El mensaje central de sus espléndidas predicaciones tiene siempre como fundamento último los dos grandes referentes de su vida, sus dos «amores»: Dios y el pueblo. En ellas, presenta y explica, en primer lugar, la Palabra de Dios, y más concretamente, lo que dice sobre Cristo. Y, seguidamente, lo aplica proféticamente al hoy de su pueblo denunciando las barbaries e injusticias, porque «el pastor tiene que estar donde está el sufrimiento». En sus tres años como arzobispo de San Salvador, mons. Romero hizo que la Palabra de Dios acampara entre los salvadoreños, cercana y compasiva para con los pobres, terrible y amenazadora con los opresores. La lectura de estas homilías no dejará indiferente al lector, que encontrará en ellas un valiente testimonio y una rica experiencia humana y cristiana.

La presente obra recoge, debidamente actualizados, los principales estudios del P. Navarrete en el campo matrimonial a lo largo del dilatado y fecundo camino de su magisterio canónico, marcado por la revisión del derecho matrimonial canónico a la luz del Concilio Vaticano II, y constituye el fruto más precioso de su brillante actividad, rica de sabiduría canónica. Aun no siendo propiamente un manual de derecho canónico, es algo todavía más importante: una guía para todos los estudiosos del derecho matrimonial canónico de una riqueza inagotable y destinada a permanecer en el tiempo, por el sabio equilibrio que en ella se encuentra entre doctrina teológica, legislación canónica, derecho natural, ciencia jurídica y sabiduría humana. El P. Urbano Navarrete ha desempeñado en los últimos cuarenta años un papel fundamental en el derecho matrimonial canónico, como catedrático en la Universidad Gregoriana, miembro de la Comisión de codificación del Código latino y del Código oriental y consultor apreciadísimo de diversos Dicasterios de la Curia Romana.

Este manual de Moral fundamental es una reflexión teológica sobre la vida en Cristo, que nace de la fe y se hace operativa por la caridad. La evangelización tiene cada vez más repercusión en temas morales, pues necesita una guía para la vida en medio de un mundo que ha cuestionado cínicamente sus principios. A raíz del análisis de la experiencia moral cristiana, es decir, de la conversión, el encuentro y el seguimiento de Cristo, el presente manual plantea una teología de la acción que parte del don de Dios y conduce a la plenitud de la vocación cristiana. Responde así a las grandes cuestiones de nuestros días con una moral centrada en el amor, que integra afectivamente las virtudes e ilumina la ley y la conciencia desde una dimensión de libertad filial y eclesial, que se hace posible mediante la gracia de los sacramentos.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad nació con una impronta apostólica y evangelizadora que lo sitúa en total sintonía con la misión pastoral de la Iglesia en el mundo actual. El presente estudio expone las raíces del Movimiento, recrea con un estilo ágil y narrativo el ambiente y las necesidades a las que respondieron sus iniciadores, recuperando el espíritu que los movió, hace una descripción del desarrollo del Cursillo desde sus orígenes y analiza sus fundamentos doctrinales, sus medios y su técnica. Se trata de un manual imprescindible para dirigentes, cursillistas y para cualquier cris-tiano que quiera vivir su fe en vanguardia y hacer presente en la sociedad el auténtico espíritu del Evangelio.

«Las relaciones entre la teoría y la práctica en la profesionalidad docente, he ahí la cuestión que absorbe la reflexión del autor. (…) Como disciplinadamente haría cualquier naturalista decimonónico, Rozada documenta en cuadernos, fichas, esquemas, síntesis de clases, actas de reuniones… cada pensamiento, cada idea, cada reflexión, cualquier movimiento de su acción en la situación exacta en que se da, sin que nada importante e incluso nada aparentemente trivial se le escape. (…) … una sabiduría profesional muy rica que, lamentable y dramáticamente, corre el riesgo de perderse a medida que se van jubilando. Siquiera por ello, este libro debería ser de lectura recomendada en las Facultades de Educación. Pero no es esa la única razón para sugerirlo. Tampoco la principal. La que encabeza la lista sería, precisamente, la singularidad de su autor. Una singularidad que nace de sus continuos esfuerzos por apropiarse reflexiva y críticamente de su práctica, y compartir con otros sus dudas y sus certezas. (…) A pesar de que las circunstancias concurrentes estén cambiando, las preguntas e inquietudes que dieron pie al pensamiento de José María Rozada Martínez siguen siendo tan válidas como apremiantes. Y, a nuestro juicio, muchas de sus respuestas también. Animamos a comprobarlo.” (Jesús Romero y Aida Terrón. Prólogo).

La serie Comprender la Palabra trata de explicar, comentar y acercar a los fieles el texto bíblico que escuchan en la liturgia y leen personalmente o en grupo. Su finalidad es a la par profundamente pastoral y científica. Es decir, se trata de comentarios que parten de un serio estudio del texto y sus variantes, de los sentidos de las palabras, del contexto histórico y religioso, de las concepciones antropológicas y teológicas de fondo. A partir de ahí, cada comentario particular trata de mostrar al fiel cristiano con un lenguaje sencillo el significado del texto y su permanente valor para alimentar la vida de fe.

Titular esta obra "De los nombres de Cristo" no es una osadía comparativa con el gran fray Luis de León. El autor ha realizado una tarea de sabiduría bíblica y espiritual para adentrarnos en el ser de Cristo a través de los nombres con los que se denomina a sí mismo en los evangelios, completando esta serie con los que, además, recoge el libro del Apocalipsis. Aunque el nombre en nuestra cultura es muchas veces mero apelativo de la persona, en el judaísmo implica la entraña y esencia de su portador. Cada una de las denominaciones de Cristo aquí recogidas nos encamina al «conocimiento interno de Cristo», del que hablaba san Ignacio de Loyola en el libro de Ejercicios espirituales. El lector disfrutará del gran dominio que tiene el autor de la Palabra de Dios, de su elegante pluma y de su fino sentido del humor que se hace notar en muchas de sus páginas, que sirven para adentrarse en el Corazón de aquel cuyo «nombre está sobre todo nombre» (Flp 2,9).

En esta obra, una de las más sugestivas obras de Urs von Balthasar, escritor genial, pensador originalísimo y esclarecido teólogo, se nos ofrece un certero análisis del profundo sentimiento antirromano que se respira en el seno de la Iglesia católica. Es éste un complejo que tiene raíces sociológicas e históricas, se apoya en motivaciones de orden teológico y debe ser constantemente afrontado y superado por la comunidad eclesial. Es tan antiguo como el imperio romano y la reivindicación del primado por el Obispo de Roma. Pero después del Vaticano II, después de la preeminencia proclamada del Pueblo de Dios, después que el Papa ha salido de su aislamiento a situarse en el centro de la colegialidad episcopal, ¿no resulta inquietante que el complejo antirromano o la contestación dirigida casi siempre contra el principio petrino se consolide, se difunda e impere en vastos sectores del mundo católico?